La cerveza está compuesta por: malta, agua, gas carbónico y lúpulo. Parece sencillo, y más cuando sabemos que es de las bebidas más populares para refrescarse en los meses de verano, donde su consumo aumenta y nos hace disfrutar de los pequeños momentos que agrandan la vida.
Además de ello, queremos destacar los beneficios de su consumo moderado:
Su nivel de silicio fortalece nuestros huesos, su alto contenido en agua hace que los riñones funcionen mejor y su composición es una gran fuente de minerales y vitaminas
El colesterol tiene su parte positiva, y ésta bebida ayuda a aumentarlo mientras realiza la función de que la sangre llegue correctamente al cerebro y previene problemas en nuestra salud cardiovascular. Algo que protege más aún a nuestro corazón es tener una presión arterial baja, y el consumo moderado de la cerveza hace que tengamos menos posibilidades de desarrollarla, más puntos positivos a nuestro favor.
En cualquier caso, si quieres tomar una clara (cerveza + limón) o pedirte una cerveza sin alcohol, no pierde ningún tipo de beneficio sobre nuestra salud.
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