Hace algún tiempo, asistí a una charla de un conocido ponente internacional.
En ella el ponente explicaba los múltiples desafíos a los que entonces nos enfrentábamos las empresas, téngase en cuenta que este encuentro se producía pre-COVID.
En un determinado momento, el ponente explicó una idea que me dio mucho que pensar en su momento, y la situación actual me recuerda constantemente.
¿Y si esto no fuera una tormenta, sino el clima?
Es decir, hace ya tiempo él apuntaba que las circunstancias difíciles para las empresas, las malas rachas, incluso las crisis, podrían convertirse no en una circunstancia coyuntural o temporal, sino en “el clima” habitual, en la realidad diaria.
Si lo analizamos un momento, recuperándonos de la crisis anterior llegó el COVID, y apenas empezando a estabilizarnos, la invasión de Ucrania.
Estas circunstancias que vivimos, y sus dificultades, tienen una característica: son imprevisibles. Mucha y muy buena información deberíamos haber tenido para poder prever cómo se iba a desarrollar la pandemia, o la invasión de Ucrania.
Sin embargo, esta vez sí podemos prepararnos para el reto que se acerca pronto a nuestra economía, una nueva prueba para las empresas españolas.
La moratoria para declarar concurso de acreedores, que está vigente en España desde el 14 de marzo de 2020 y que ha sido prorrogada en varias ocasiones, ha vuelto a ser prorrogada. El plazo, que terminaba el 31 de diciembre, se alargó hasta el 30 de junio de 2022, según lo que establece el Real Decreto-ley 27/2021, de 23 de noviembre, por el que se prorrogan determinadas medidas económicas para apoyar la recuperación, publicado en el BOE del 24/11/2021.
Esta moratoria concursal puede haber creado, en segundo plano y sin que aún seamos conscientes, un efecto dominó que afecte a la caída de muchas empresas, y que unido a los otras agravantes antes descritos, complique el panorama empresarial y económico.
En previsión de este escenario, afortunadamente contamos con potentes herramientas que nos ayuden a prepararnos y a minimizar los daños, como los seguros de D&O y De Responsabilidad Civil.
D&0 es un seguro de Responsabilidad Civil que protege el patrimonio de los altos cargos y la dirección de una sociedad u organización frente a reclamaciones por consecuencias económicas derivadas de sus decisiones, quedando cubiertas las negligencias y los incumplimientos de obligaciones legales y estatutarias. Es decir, se trata de una póliza destinada a aquellas personas que toman decisiones comprometidas en la organización.
No es un seguro para la empresa, aunque puede incluir cobertura que cubran también a la empresa. Protege a las personas físicas (especialmente su PATRIMONIO) que toman decisiones comprometidas en la empresa.
Los Seguros de Responsabilidad Civil para Administradores y Directivos, van a ser esenciales para proteger nuestros intereses, porque aunque hablamos normalmente de administradores, consejeros y directivos, la responsabilidad se extiende a aquellos que ejercen tales funciones aunque no estén reconocidos formalmente, así como al cónyuge o pareja de hecho o los herederos. Recordemos que el administrador o directivo responde con su propio patrimonio, y en caso de fallecimiento posterior, la deuda será heredada. En definitiva, una demanda de este tipo, puede cambiar la vida del empresario y de su familia.
En Quality Brokers nuestra motivación y especialidad es proteger los intereses económicos y empresariales, y por ello ofrecemos un servicio de asesoría integral para la gestión global de riesgos y seguros, que se centra en la realización de un análisis minucioso, exhaustivo y permanente de lo posibles riesgos a los que la empresa o profesional se enfrenta.
Gonzalo Gironés – CEO Quality Brokers